Con el petróleo a un precio imposible más pronto o más tarde deberán dispararse los precios del transporte tanto público como privado.
La presión para acudir solo lo imprescindible a la oficina aumentará y el teletrabajo será cada vez más habitual.
Para Angélica Abdallah, directora de la Asociación Argentina de Teletrabajo, “las nuevas formas laborales simplemente están llegando y cambiando a las tradicionales. Creo que aún estamos lejos de pensar en el fin de las oficinas y de los límites del lugar de trabajo. El hecho de trabajar desde la propia casa o desde un cybercafé, lejos de ser un «rebusque» propio de una época de crisis, es un fenómeno que ya cumplió las tres décadas”.
En principio, el teletrabajo es bueno para todos
El teletrabajo comienza a ofrecer cada vez más beneficios para la empresa y para el teletrabajador, unos y otros se benefician del ahorro que supone el cada día más caro desplazamiento del trabajador a la oficina, y mientras el trabajador se libera de un horario rígido e incompatible con otras obligaciones domésticas, el empleador se ahorra una fuerte suma en inmuebles destinados a oficina. Ambas parte ganan.
El trabajo a distancia, beneficiará dando una mejor calidad de vida, pero sobre todo es la única posibilidad para una serie de trabajadores que por padecer una discapacidad o por su particular situación familiar no pueden fácilmente abandonar su hogar para acudir a una oficina.
Vivir cerca o lejos
Si llega a ocurrir que se generaliza hasta el punto que lo normal sea que el trabajo frente al ordenador, se efectúe indistintamente en la vivienda o en la oficina, será muy frecuente que ambos cónyuges tengan la posibilidad de trabajar en casa. En ese caso se planteará la duda de donde vivir, si en la vivienda que denominamos habitual, o en la segunda vivienda, o de vacaciones.
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No es fácil decidirse por trasladar la vivienda habitual a nuestra segunda vivienda, pues aparte de que ambos cónyuges deban disfrutar de teletrabajos, hay que tener en cuenta el resto de los componentes de la familia, y consideraciones como donde está el lugar donde estudian los hijos pueden dificultar vivir en la segunda vivienda. Además con el abandono del lugar habitual de residencia, se quiebran muchas relaciones, amigos, parientes, aficiones etc., que se pueden disfrutar en la gran ciudad, pero no son fácilmente transportables allí donde tenemos la residencia de vacaciones.
Es posible, que el proceso de trasladar la vivienda habitual a la segunda vivienda se retrase más de lo previsto o no se llegue nunca a realizarse y simplemente se aumente en gran medida la estancia en la segunda vivienda sobre lo que se disfruta en la actualidad.
Donde hacemos los nuevos hogares
Mucho más probable es que las nuevas parejas que se formen, con menor numero de ataduras que las ya formadas, si se planteen el vivir allí donde consigan la mejor relación calidad/precio de la vivienda, pasando a ser secundario la distancia y la comunicación con centro de la urbe de su vivienda..
Ello trastoca el principal factor en el precio de un solar, la distancia a la ciudad y la calidad del sistema de transporte que le une el solar con el centro de la urbe. De pronto toda España resulta urbanizable en igualdad de condiciones, y la proximidad a un paraje natural, como un embalse o parque natural, probablemente pase a cotizar más en el precio de un solar que la proximidad a una estación del tren de cercanías.
Con ello todo el mercado inmobiliario de terrenos se trastocará y lo que hace años era poco apreciado se vuelve buscadísimo, mientras aquellos lugares que antes considerábamos privilegiados pierden muchos de sus antiguos brillos.
Procesos migratorios en las Áreas Metropolitanas
Juan Freire nos alerta del fenómeno que viene detectándose en los Estados Unidos, fenómenos que simpre se han reproducido aqui unos años mas tarde. En un reciente artículo en The Atlantic, The next slum? (¿El siguiente tugurio?), se identifican al cinturón de urbanizaciones que rodean el centro de las Áreas Metropolitanas como los futuros barrios marginales. Mientras que el centro de las ciudades, antes abandonados a la marginalidad extrema (como Lavapiés en Madrid o el Raval en Barcelona) comienzan nuevamente a resurgir con la llegada de nuevos pobladores con apreciable capacidad económica, que desean vivir en el mismo centro de la ciudad, se detecta la salida de gente desde el cinturón de urbanizaciones que forman el suburbio que rodea la urbe central de las Äreas Metropolitanas.
Dos modelos de ciudadanos, urbanitas y verdes
Diríase que hay hoy entre las nueva generación, dos tendencias, los “urbanitas” que desean disfrutar lo mas posible de la vida ciudadana e intentan vivir en el cogollo de la ciudad, cerca de donde suceden las cosas y los “verdes”, que huyen del mundanal ruido y buscan un sitio tranquilo y agradable donde encontrar paz y sosiego para vivir.
Hoy los primeros buscan vivienda en el centro de las ciudades, (Arguelles, Chamberí Chueca en Madrid, el Ensanche, o la Barceloneta en Barcelona), mientras que los segundos, se alejan del centro y buscan un lugar bien comunicado con su trabajo en las afueras. Pero liberados de la esclavitud de ir a la oficina, ¿desearán los «verdes» vivir en un bario alejado de donde ocurren las cosas, pero tan masificado como el propio centro de las ciudades, o preferirían irse aun más lejos y estar en contacto real con la naturaleza?
Crisis en los suburbios
Imaginemos que mi elucubración se llevan al extremo, las ciudades se concentran en un “manhattan” de rascacielos superpoblados de gente que quiere estar “a un metro” de todo y que solo desea usar el coche en sus vacaciones. Este “manhattan” estará rodeado de unos suburbios donde vivirían quienes no pueden gozar del teletrabajo, pues o tienen que tocar el producto, como almaceneros, albañiles, repartidores, servicios técnicos, etc. o ver a diario al cliente, vendedores, médicos, hostelería, etc.
Como la demanda disminuye, los precios bajan y quienes permanezcan se trasladarána a las mejores urbanizaciones, mientras que las no tan buenas, perdido gran parte de su valor, serán habitadas por una ciudadanía menos ricos, que a su vez cederán los suburbios menos apetecibles que generalmente pertenecen a un solo ayuntamiento a un proletariado incapaz de mantener consus impuestos las infraestructuras del suburbio, parques, vigilancia, tranportes etc. iniciándose así un proceso imparable de degradación progresiva de esas barridas, que irá poco a poco expulsando a los económicamente más pudientes, y concentrando cada vez mas población marginal con mas necsidades de ayuda que los ayuntamientos empobrecidos no podrán otorgar, hasta transformar estos suburbios en feudos de la marginación.
Auge en la periferia
Mientras, muy apartados de ese cinturón, crecerán las nuevas urbanizaciones donde vivirán los teletrabajadores, junsto en aquellos lugares que por su entorno resulten atrayentes para vivir y sin que la distancia al centro de la Áreas Metropolitanas, o la facilidad de su comunicación con ella pese en exceso en el momento de la elección.
Detrás de sus clientes, marcharán muchos negocios, la sucursal bancaria, la tiendecita de alimentación, el bar, la gasolinera, el médico, el colegio, abrirán sus puertas cerca de la residencia de la nueva telesociedad, para ofrecer sus servicios a los nuevos habitantes. Mientras que faltos de clientela, los grandes centros comerciales que hemos montado últimamente en los alrededores de la Metrópoli, en el inicios de las carreteras de salida hacia la periferia entrarán en decadencia.
La revolución silenciosa del “ladrillo”
El sector inmobiliario cambiará radicalmente y nada será como es hoy. Como es natural, estos cambios propiciarán grandes fortunas a los empresarios que sepan anticiparse y compren terrenos que vayan a sufrir grandes revalorizaciones, así como provocarán graves pérdidas a quienes tengan sus propiedades en zonas que se depriman.
No obstante si bien creo que estos cambios se llegarán a producir en un futuro mas o menos próximo, al compás del auge del teletrabajo, no creo que debe pensarse en ello en términos dramáticos, las cosas no cambiarán de un día para otro, no aparecerán de forma súbita, sino más bien como una firme tendencia a revalorización o devaluación de unas determinadas zonas por encima de la media del resto, que se mantiene en el tiempo. Pequeño incrementos o decrementos acumulados sobre le valor medio del terreno, generan en pocos años aumentos o devaluaciones de precios espectaculares.
¿Donde ahorrar?
Para la clase media este proceso puede suponer un grave riesgo. Al menos hasta el presente, el “ladrillo” ha sido la forma tradicional de ahorro de la clase media, pues se suponía que el “ladrillo” era la mejor forma de protección frente a los peligros de la inflación y las veleidades de la bolsa. Pero si como se vislumbra, el acertar con los lugares de revalorización o devaluación de las propiedades a medio plazo pasa a ser una especie de lotería, el tradicional refugio de los ahorro de esta clase entra en una dinámica muy peligroso, pues nunca es aconsejable en mercados así poner “todos los huevos en la misma cesta”. Por ello quizá sea mas aconsejable ahorrar en fondos de inversión o seguros de jubilación que entrar en el campo especulativo de compara uno o dos únicos inmuebles, como ahora hacemos.
Ello puede llevar a que la gente prefiera vivir en alquiler y trasladar su capacidad de ahorro, desde los “ladrillos” a sociedades financieras, que realmente serán las propietarias de las viviendas que rentan, pues al tener muchos inmuebles repartidos por todas partes y gabinetes de estudio para asesorarse en la inversión, pueden aumentar sus posibilidades de acertar y sobre todo diluir el riesgo de confundirse en alguna de las inversiones con mucha más probabilidad que el particular.
Posiblemente en el futuro en España aumente el mercado de alquiler y no sean los particulares sino empresas financieras especializadas quien posean la titularidad de las viviendas, como ocurre en gran parte de Europa. Esto también afectará al mundo de los promotores, pues su cliente final no será un particular sino una institución financiera, que hasta es posible que sea quein le finacie la promoción, volviendo a entrar en, para la promoción, una nueva maravillosa época de venta sobre plano.
Nota.- Este post pertenece a la serie Teletrabajo del que hasta el momento se han escrito los sisguiente números.
Capitulo 1 – Trabajar en casa, perfecto. Pero donde, ¿sobre la cama?
Capitulo 2 – ¿Y si te dicen a tí, que puedes trabajar desde tu casa?
Capitulo 3 – Deshojando la margarita, en la ciudad o en el campo