La vivienda es, posiblemente, el bien de mayor valor que la mayoría de las personas vamos a adquirir a lo largo de nuestras vidas. Lo ideal sería que el proceso de adquisición fuese perfecto, inmaculado. Pero la realidad es que no es así, y que en algunos casos se producen problemas.
¿Cuáles son las principales reclamaciones derivadas de la adquisición de la vivienda? Según las organizaciones de consumidores y usuarios, son éstas:
* Retrasos en la entrega.
* Cláusulas abusivas en los contratos: por ejemplo, vincular la fecha de entrega a la mera voluntad del promotor, obligación de subrogarse al crédito hipotecario suscrito por el promotor, etc.
* Desperfectos en la vivienda: paredes con grietas, goteras, filtraciones…
* Memorias de calidades que no coinciden con la realidad.
¿Qué puede hacer alguien afectado por este tipo de incidencias? Lo cierto es que, en términos generales, la ley protege a los consumidores. El problema es que ejercer esos derechos suele implicar entrar en procesos largos de reclamaciones, abogados, juicios, etc. y en muchas ocasiones, bien sea por desconocimiento, por sentirse abrumados ante la magnitud de la tarea o por presiones recibidas, los afectados prefieren asumir como «normales» esas incidencias.
Vía | Su vivienda