En 2015 se construían 2.000 casas prefabricadas; el año pasado, la cantidad ascendió a 7.000. Las viviendas preconstruidas se han casi triplicado en un lapso de solo dos años y son una opción cada vez más popular dentro del mercado inmobiliario español.
Tres son las características que llevan a muchos clientes a decantarse por este tipo de construcción en lugar de la convencional: la rapidez en los plazos de edificación, un precio cerrado por el bajo riesgo de imprevistos y el mayor respeto al medio ambiente: no solo son casas más eficientes energéticamente, sino que en su construcción se generan menos residuos.
La mayor parte del hogar se crea en una fábrica o taller a partir de diseños predeterminados o a propuesta del cliente, para luego trasladarse y montarse en el lugar. “Nuestras casas llegan desde la fábrica con el papel higiénico puesto”, señala Xavier Claramunt, director de innovación de Smartliving, una de las principales empresas del sector. Así pues, durante la fabricación se evitan las inclemencias del tiempo y pueden aprovecharse todos los días del calendario.
Debido a que el proceso productivo está expuesto a pocas complicaciones, el precio es cerrado y no varía desde que el cliente formaliza la compra. Éste, a su vez, depende de los materiales usados -hormigón y madera sobre todo, pero también acero- e incluye todos los gastos hasta la entrega de llaves.
Hogares unifamiliares, el principal reclamo
La mayoría de proyectos vinculados a la industria de prefabricados son hogares unifamiliares en los que el comprador proporciona el solar, ya sea para establecer su residencia principal alejada de los centros urbanos o para disponer de una segunda residencia.
Aún así, la construcción modular crece y ayuntamientos como el de Barcelona apuestan por ella para realizar promociones públicas de vivienda, empresas como Slow Nature Suites se han especializado en proyectos de hostelería rural y países como China ya levantan rascacielos prefabricados.
Madera y hormigón, los materiales más populares
Ambos son resistentes, pero mientras la madera es más ligera y de origen renovable, el hormigón necesita menos mantenimiento en el largo plazo. En cualquier caso, son los dos materiales estrella de las viviendas prefabricadas, que también se construyen con acero y que son eficientes energéticamente, lo que conlleva un ahorro económico para su propietario y un cumplimiento de la tendencia europea hacia la sostenibilidad de los edificios, promovida desde Bruselas por la Unión Europea.
Fuentes: La Vanguardia, El País, El Mundo (ver enlaces en el cuerpo del artículo) y otros.