Los precios del alquiler de vivienda aumentaron un 4,4% hasta agosto según datos del Instituto Nacional de la Estadística, lo que supone más de medio punto respecto a lo que ha subido el IPC hasta ese mes. Teniendo en cuenta que el IPC es la base que determina la mayoría de subidas de sueldo en los convenios, el resultado es que alquilar también está saliendo cada vez más caro en España.

El escenario actual dista mucho por tanto del objetivo planteado al comienzo de legislatura: aumentar el parque de alquileres para conseguir que el acceso a la vivienda (alquilada) fuese mucho menos costoso. Lejos de eso, la compra sigue creciendo, el alquiler sigue siendo un actor muy secundario en el mercado español y encima, los que optan por alquilar cada vez lo hacen a mayor precio.

Esto tiene consecuencias sociales graves. Además del aumento de edad de los miembros de los pisos compartidos, nos encontramos con que se perjudica a un sector de la población – los estudiantes universitarios – a los que se plantea una dificultad mayor para los que tengan rentas más bajas a la hora de ir a estudiar a la ciudad con la universidad elegida.

Se hace necesario un debate y una determinación fuertes para abordar el tema. Fortalecer la seguridad jurídica del arrendatario e incentivar la puesta a disposición para el alquiler de terceras viviendas deberían ser las prioridades, pero existe un temor reverencial a ser demasiado intervencionista en el mercado inmobiliario. Pero no se trata de excederse en el control, basta con meter el bisturí en el lugar adecuado.

Vía Finanzas.com