Cada vez queda menos para las elecciones generales de 2008 y los partidos políticos están empezando a hablar de programas electorales. Y en el PSOE parece que se decantan por incluir nuevas rebajas fiscales que además vengan de la mano de un menor número de deducciones, para simplificar la declaración.
Y es ahí donde ha surgido el temido tema tabú: las deducciones fiscales por la vivienda. Si bien en la reforma fiscal que ha entrado en vigor este año se han reducido las deducciones por compra (ya que antes los primeros años con hipoteca la deducción era mayor) ahora lo que se va a plantear es ir eliminando paulatinamente estas deducciones.
El argumento principal es que esas ayudas van destinadas a la gente que ya ha accedido a una vivienda, aunque suponga un buen desahogo económico (más de 1300 euros al año). Y lo que hay que hacer ahora es destinar más recursos a las personas que no pueden acceder a una vivienda. Es decir, estas deducciones se retirarían para usar dicho dinero en crear más VPO (o su equivalente de alquiler).
Ahora mismo dicen que por supuesto estas reformas no afectarían a la gente que ya disfruta de estas deducciones, ya que la ley no puede ser retroactiva. Pero es un argumento un poco flojo. Lo que no podrían hacer, precisamente porque la ley no es retroactiva, es pedir a los beneficiados que devuelvan el dinero que han recibido en los últimos años. Pero sí que pueden cortar por lo sano (o progresivamente para que el impacto no sea tan grande) estas ayudas en el futuro. A todos, tanto a los que se acaban de comprar una vivienda como a los que llevan años disfrutando de estas ayudas.
Por mi parte creo que eliminar estas deducciones es algo positivo, aunque sé que es una postura impopular. Estas deducciones se crearon para estimular la compra de viviendas ante el debacle inmobiliario de principios de los 90. Y lo han conseguido, vaya si lo han logrado (aunque no hay que quitar mérito a los bajos tipos de interés que hemos tenido hasta ahora, que se fijaban, y se fijan, para las economías alemana y francesa y no para la española). Pero ha llegado el momento de dejar de estimular la compra y destinar dichos recursos a los que no pueden acceder a la vivienda, con o sin deducción.
Vía | El País