Vía menéame leo una carta al director publicada en El País sobre la situación de una mileurista que se quiere permitir el lujo de vivir sola de alquiler. Pero el aval bancario, el mes de fianza, los gastos compartidos entre el propietario y el inquilino y la mensualidad que se lleva la inmobiliaria hacen que la aventura sea imposible.
Por supuesto que es un caso extremo, seguro que hay más viviendas que se alquilen que no pidan aval bancario, que pidan solamente una nómina y que los gastos que genere el inmueble se asuman por parte del propietario, pero está claro que alquilar una vivienda está a un precio muy caro.
Quizá si hubiera más garantías jurídicas, si los desahucios fueran más rápidos se acabaría con la necesidad del aval bancario que es una traba muy importante a la hora de irse de alquiler. Y también animaría a más gente a poner sus viviendas en alquiler, lo que aumentaría la oferta y proporcionaría al sector de la población que quiere vivir alquilado más posibilidades de elección.