Los contratos de Futuros son acuerdos que obligan a las partes contratantes a comprar o vender un activo en una fecha determinada con un precio establecido de antemano. Estos contratos son muy típicos para activos como acciones, materias primas o metales preciosos, y se negocian desde hace más de dos siglos.
La explicación de para qué sirve esto es muy simple. Si quieres comprar algo pero actualmente no puedes, porque no tienes dinero suficiente, pero sabes que dentro de un año podrás, compras un futuro. Así te aseguras de que dentro de un año comprarás lo que quieres pero a un precio fijo establecido hoy, con lo que las variaciones del precio no te afectarán. Esto puede salir bien (porque el precio de lo que quieres comprar suba mucho y tú lo vas a comprar a un precio más bajo) o mal (porque el precio del bien sea más barato de lo establecido en el contrato de Futuro). En el fondo es como un seguro. Quieres comprar algo y haces un contrato que te proteja ante subidas o bajadas del precio no previstas. Digo bajadas porque también hay una parte que vende el activo, que se asegura que venderá el bien a una fecha determinada y a un precio determinado. Espero que esta explicación sea suficiente, hay más información en la Wikipedia.
¿Y qué tiene que ver esto con un blog inmobiliario? Pues resulta que en mayo pasado se creó en EEUU un mercado de futuros sobre la vivienda en 10 ciudades norteamericanas con el fin de que los inversores se protegieran de posibles subidas o caídas de precio de la vivienda. Y el mercado apuesta por una clara bajada del precio de la vivienda en los contratos que vencen en agosto de 2007, con caídas de entre el 6% (por ejemplo, Chicago) y el 8% (por ejemplo, San Diego).
Normalmente los futuros suelen preveer acertadamente el precio de los bienes en la fecha de vencimiento, ya que nadie va a firmar un contrato en el que asegura que va a vender algo dentro de un año a precios de hoy, sino a lo que cree que va a costar el bien dentro de un año. Y con el comprador pasa lo mismo, firmará un contrato a precios estimados de dentro de un año. Y la «inteligencia colectiva» parece que predice bien los precios. Aún así es la primera vez que hay un mercado de futuros de vivienda y no se sabe muy bien como funcionará.